¡Tensión en MasterChef! Violeta Bergonzi y Michelle Rouillard al rojo vivo
La competencia en MasterChef Celebrity Colombia se pone cada vez más intensa. En el último episodio, la tensión se palpó en el aire, especialmente entre Violeta Bergonzi y Michelle Rouillard durante un reto por parejas que desató un verdadero caos en la cocina.
El reto de los tamales de pipián que encendió la chispa
Violeta y Michelle debían preparar tamales de pipián, pero un olvido crucial las puso contra las cuerdas. Al llegar a su estación, se percataron de que ¡habían olvidado la harina! "¿Michelle, cogiste la harina?", preguntó Violeta, a lo que Michelle respondió: "No. ¿No estaba acá?". La frustración se apoderó del ambiente.
"¿Cómo vamos a hacer tamales sin harina? ¿Cómo vamos a salir adelante en este reto sin la harina? ¿Qué vamos a hacer?", exclamó Violeta, visiblemente preocupada. La situación parecía desesperada.
Claudia Bahamón intenta calmar las aguas
Ante el evidente conflicto, Claudia Bahamón se acercó a las participantes para mediar. Violeta, al borde del llanto, expresó su frustración: "No es chévere. No cogimos la harina. Siempre la dejan. No es justo". La presentadora intentó calmarlas, recordándoles que debían asegurarse de tener todos los ingredientes necesarios.
Violeta también manifestó su frustración personal: "Me frustra porque me estoy preparando y estoy estudiando y estoy sacrificando muchas cosas para estar acá". Bahamón, buscando una solución, les propuso negociar tiempo a cambio del ingrediente faltante.
El reto del muro: más caos en la cocina
Pero la tensión no se limitó al incidente de la harina. El famoso reto del muro regresó para poner a prueba la comunicación y la coordinación de las parejas. Divididos por una pared, los cocineros debían preparar un postre idéntico, lo que generó aún más caos y desacuerdos.
En el caso de Violeta y Alejandra, la falta de un ingrediente clave para cortar la leche de su postre las llevó al límite. La competencia en MasterChef Celebrity Colombia está que arde, y cada reto se convierte en un desafío no solo culinario, sino también emocional.