Un ciberataque ha puesto en alerta a las autoridades suecas. El operador estatal de la red eléctrica, Svenska Kraftnaet, ha sido víctima de un ataque informático que, según informes, está vinculado a hackers rusos. Se reporta que una gran cantidad de datos ha sido comprometida y los atacantes exigen un rescate por la información sustraída.
¿Qué se sabe del ataque?
Según el periódico "Expressen", el grupo de hackers Everest se atribuyó la responsabilidad del ataque, afirmando haber extraído 280 GB de datos del sistema de Svenska Kraftnaet. Este grupo es conocido por sus vínculos con criminales rusos y por haber paralizado sistemas de control en varios aeropuertos europeos en septiembre.
Reacción de las autoridades
La viceprimera ministra y ministra de Energía de Suecia, Ebba Busch, ha declarado estar al tanto de la situación y en contacto con los organismos pertinentes. Mientras tanto, la compañía está analizando el alcance de la filtración de datos y su posible impacto en las operaciones. Se ha notificado a la policía y a la agencia de protección civil.
Expertos recomiendan no ceder a las extorsiones
Karl Emil Nikka, experto en seguridad digital, ha expresado la esperanza de que el motivo de los hackers sea únicamente económico. Su consejo es claro: "Nunca paguen". Esta recomendación se alinea con la política general de las agencias de seguridad cibernética, que buscan evitar que los ciberdelincuentes se vean incentivados a realizar más ataques.
Antecedentes preocupantes
Este incidente se suma a una serie de ciberataques atribuidos a actores rusos contra infraestructuras críticas en Europa. En agosto, la jefa de la agencia de seguridad noruega PST informó que una falla en una central hidroeléctrica fue causada por hackers rusos, quienes tomaron el control de una esclusa y liberaron agua de forma descontrolada.
Implicaciones para Colombia
Aunque este ataque se centra en Suecia, sirve como una advertencia para Colombia sobre la importancia de fortalecer la seguridad cibernética de su infraestructura crítica. La creciente sofisticación de los ciberataques y la geopolítica global hacen que la protección de los sistemas energéticos y de comunicaciones sea una prioridad nacional.