A 40 años de la toma del Palacio de Justicia en Bogotá por el grupo guerrillero M-19, Colombia aún enfrenta las profundas cicatrices de este trágico evento. Los días 6 y 7 de noviembre de 1985 marcaron un antes y un después en la historia del país, dejando un saldo de casi 100 muertos, incluyendo magistrados de la Corte Suprema y el Consejo de Estado, funcionarios y visitantes.
Un ataque a la institucionalidad
El asalto al Palacio de Justicia representó un duro golpe a la institucionalidad colombiana. El M-19, argumentando un juicio al entonces presidente Belisario Betancur por el fracaso del proceso de paz, tomó como rehenes a los magistrados y a más de 250 personas. El coronel (r) Julio César Prieto, en diálogo con Caracol Radio, calificó la toma como "una de las mayores afrentas perpetradas contra el Estado colombiano".
La justicia bajo asedio
Más allá de la pérdida de vidas, la toma del Palacio de Justicia expuso la vulnerabilidad del sistema judicial colombiano. En el momento del ataque, la Sala Constitucional se encontraba deliberando sobre una demanda contra la extradición, lo que ha alimentado la hipótesis de la participación de narcotraficantes en la financiación del asalto.
Un legado de dolor y controversia
Cuatro décadas después, la verdad completa sobre los hechos aún no ha sido revelada. Las investigaciones continúan buscando respuestas sobre la planeación, ejecución y las consecuencias de la toma. El coronel Prieto critica que la narrativa se centre únicamente en las desapariciones, sin abordar el contexto y los antecedentes del ataque.
Aprendizaje y desafíos
La toma del Palacio de Justicia obligó a las Fuerzas Militares y a la Policía a replantear su doctrina sobre combate urbano. Sin embargo, la herida sigue abierta, recordándonos la fragilidad de la democracia y la importancia de fortalecer las instituciones para proteger el Estado de derecho.
- La toma del Palacio de Justicia cumple 40 años.
- El M-19 asaltó la sede judicial tomando rehenes.
- Casi 100 personas murieron en el trágico evento.