¡Aspirante a Récord Mundial! La Historia de una Analista en Melbourne
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Sruthy Saseendran, residente de Melbourne y poseedora de un récord Guinness, ahora puede recitar 104 códigos de aeropuerto en un minuto, nueve más que su récord oficial. Pero, ¿qué se necesita para establecer un nuevo récord mundial Guinness? Su historia nos revela los desafíos y la dedicación detrás de esta búsqueda.
Un Sueño de la Infancia Hecho Realidad
Desde niña, Sruthy Saseendran soñaba con "lograr algo extraordinario", algo que le ganara un lugar en los libros de récords. Sin embargo, creciendo en lo que describe como una familia india tradicional, ese sueño tuvo que ceder ante marcadores de éxito más convencionales: universidad, matrimonio, carrera.
Décadas después, tras casarse, convertirse en madre y aceptar un trabajo como analista de negocios en Melbourne, sintió que la necesidad regresaba. Era hora de hacer algo por sí misma. Así que se embarcó en un desafío personal: establecer un récord mundial Guinness.
El Proceso Detrás del Récord
Saseendran se sintió atraída por los desafíos basados en la memoria y siempre le había fascinado la aviación. Después de mucha investigación, se propuso crear un nuevo récord mundial: nombrar la mayor cantidad de aeropuertos identificados por el código de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo en un minuto. El proceso de obtener la aprobación de una nueva idea de récord por parte de Guinness le llevó un año y tres solicitudes fallidas antes de que el libro de récords finalmente le diera luz verde.
Curiosamente, Saseendran optó por crear un nuevo récord en lugar de romper uno existente. Su razonamiento es admirable: "Sé cuánto esfuerzo y tiempo se necesita para establecer un récord, así que realmente no quiero romper el de nadie y mortificarlos. No quería herir a nadie."
¿Cuál es el Siguiente Récord en la Mira?
La historia de Sruthy Saseendran es un testimonio de la perseverancia y la pasión. Demuestra que nunca es demasiado tarde para perseguir tus sueños y lograr algo verdaderamente notable. Su dedicación y consideración por los demás son inspiradoras, y su historia es un ejemplo de cómo la ambición y la empatía pueden ir de la mano.