La tensión entre China y Japón se dispara tras las recientes declaraciones de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, sobre Taiwán. China ha respondido con duras advertencias de posibles represalias económicas, abriendo un nuevo capítulo en la ya compleja relación bilateral.
¿Qué dijo la primera ministra japonesa?
A principios de mes, Takaichi declaró que una agresión militar china contra Taiwán podría ser considerada una “situación que amenaza la supervivencia” de Japón. Esta afirmación, que permitiría a Japón apoyar a sus aliados en caso de conflicto, ha sido vista por Pekín como una provocación directa.
La dura respuesta de China
La reacción china no se hizo esperar. A través de canales oficiales y medios estatales, Pekín advirtió sobre “represalias sustantivas”, incluyendo posibles sanciones económicas, la suspensión de lazos diplomáticos y militares, y restricciones comerciales. Incluso, un análisis difundido por el diario del Ejército Popular de Liberación alertó que una intervención japonesa en el estrecho de Taiwán podría convertir a todo el país en un campo de batalla.
Maniobras militares y cancelaciones masivas
Para aumentar la presión, China inició maniobras militares con fuego real en el mar Amarillo. Además, se han reportado cerca de medio millón de cancelaciones de billetes a Japón desde China, así como la suspensión de ventas de viajes por parte de agencias chinas, lo que podría tener un impacto significativo en el turismo japonés.
¿Qué sigue?
El gobierno japonés ha enviado a un diplomático a Pekín para intentar rebajar la tensión y reafirmar su postura de que cualquier disputa sobre Taiwán debe resolverse pacíficamente. Sin embargo, la situación sigue siendo volátil y el futuro de las relaciones entre China y Japón pende de un hilo.
Este conflicto se produce en un año significativo, el 80.º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico, un período que China ha utilizado para recordar episodios históricos relacionados con la ocupación japonesa.
Implicaciones económicas
- Posibles sanciones y restricciones comerciales.
- Impacto negativo en el turismo japonés.
- Riesgo para empresas con intereses en ambos países.