Demuelen la casa de Pablo Goncálvez en Carrasco: Fin de una era

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La casona donde vivió Pablo Goncálvez, el tristemente célebre triple homicida, fue demolida este lunes en el corazón de Carrasco. Ubicada en una zona de alto valor, entre las calles Alfredo Arocena y Lieja, la vivienda conservaba el estilo arquitectónico de los años 70.

La casa, con sus cinco dormitorios, amplio living comedor con estufa, cocina grande, baño y garaje, evocaba recuerdos dolorosos para muchos vecinos. Algunos incluso afirmaron haber visto a Goncálvez en el interior, lo que generó denuncias a la policía y a los medios de comunicación.

La residencia había sido puesta a la venta en varias ocasiones, pero permaneció cerrada y con las persianas bajas durante la mayor parte del tiempo. Finalmente, en 2022, encontró comprador. La Inmobiliaria Foti, responsable de la venta, no reveló los planes para el terreno, dejando abierta la posibilidad de una nueva construcción con fines residenciales o comerciales.

La demolición marca el fin de un capítulo oscuro en la historia del barrio. A 32 años de los crímenes que conmocionaron al país, la casa de Goncálvez era un recordatorio constante de los homicidios de Ana Luisa Miller, Andrea Castro y María Victoria Williams, por los que fue condenado y cumplió 23 años de prisión. Goncálvez es reconocido como el primer asesino serial de Uruguay.

¿Qué futuro le espera al terreno?

La incógnita sobre el destino del terreno mantiene en vilo a los vecinos. ¿Se construirá una nueva vivienda? ¿Se levantará un edificio de apartamentos? ¿O se destinará el espacio a un emprendimiento comercial? La respuesta, por ahora, permanece en manos del nuevo propietario.

Reacciones de la comunidad

La demolición ha generado diversas reacciones entre los residentes de Carrasco. Algunos celebran el fin de un símbolo de horror, mientras que otros lamentan la pérdida de una parte de la historia del barrio. Lo cierto es que la casa de Pablo Goncálvez ya no está, y su ausencia abre un nuevo capítulo en la vida de la comunidad.

  • Fin de un símbolo de horror.
  • Cierra un capítulo oscuro en la historia del barrio.
  • Incógnita sobre el futuro del terreno.

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