El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado controversia al sugerir que España podría ser expulsada de la OTAN debido a su bajo nivel de gasto en defensa. Durante una reunión con el presidente finlandés, Alexander Stubb, Trump criticó el hecho de que España no alcance el objetivo del 5% del PIB en inversión militar, un compromiso que, según él, la mayoría de los miembros de la Alianza Atlántica han aceptado.
"Pido que paguen el 5% ahora; el 2% se aprobó prácticamente por unanimidad. Hay un rezagado: España. ¿Por qué van rezagados? A ellos también les va bien, están bien, por todo lo que les hemos dado, no hay excusa. Quizá deberían expulsarlos de la OTAN, francamente", declaró Trump, generando una ola de reacciones a nivel internacional.
La Respuesta de España
Ante estas declaraciones, el gobierno español ha respondido con firmeza, asegurando que España sigue siendo un socio "leal y de pleno derecho" de la OTAN. El ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, enfatizó que el compromiso español es alcanzar el 2% del PIB en gasto militar, un acuerdo alcanzado en la última cumbre de la Alianza. Bolaños también defendió la postura del gobierno socialdemócrata de priorizar el gasto social y no comprometer el Estado del Bienestar.
Reacciones de la Oposición
La oposición española no ha tardado en reaccionar a las palabras de Trump. Alberto Núñez Feijóo, líder del Partido Popular (PP), ha señalado al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, como el responsable de esta situación, argumentando que España es un socio creíble y comprometido con la OTAN.
¿Es Posible la Expulsión?
Si bien las declaraciones de Trump han generado preocupación, el Tratado del Atlántico Norte de 1949 no contempla ningún mecanismo formal para expulsar a un Estado miembro de la OTAN. Sin embargo, la presión ejercida por Estados Unidos, principal contribuyente a la Alianza, podría generar un debate interno sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos por cada país miembro.
Implicaciones Futuras
Esta situación pone de manifiesto las tensiones existentes dentro de la OTAN en relación con la distribución de la carga financiera en materia de defensa. La exigencia de Trump de aumentar el gasto militar al 5% del PIB ha generado controversia y ha puesto en el punto de mira a aquellos países que no cumplen con este objetivo. El futuro de la relación entre España y la OTAN dependerá de la capacidad del gobierno español para demostrar su compromiso con la Alianza y alcanzar los niveles de gasto acordados.