El Comienzo del Descenso: Un Empate Doloroso contra el Athletic
El Levante UD vivía momentos de esperanza, acariciando la final de la Copa del Rey tras un empate en San Mamés. El Ciutat de València, aún con gradas vacías debido a la pandemia, era el escenario de un sueño que Roger parecía materializar. Sin embargo, el empate del Athletic Club y una prórroga fatídica marcaron el inicio de una debacle.
Un gol desafortunado de Berenguer, desviado por Vukcevic, el fichaje más caro y menos rentable de la historia del club, selló el destino del Levante. Lo que parecía una simple carambola se convirtió en el catalizador de una crisis profunda.
De la Estabilidad Aparente a la Deuda Asfixiante
Mientras el Levante proyectaba una imagen de solidez económica, internamente se acumulaban deudas. La reforma del estadio, la planificación de una nueva ciudad deportiva y la retención de jugadores clave a pesar de ofertas lucrativas, crearon una burbuja insostenible.
Después de aquel partido crucial contra el Athletic, el equipo se hundió en una racha de 25 jornadas sin victorias, un récord negativo que desencadenó la destitución de Paco López, la contratación fallida de Javier Pereira y la llegada de Alessio Lisci, quien no pudo evitar el descenso a Segunda División.
El Fracaso del Ascenso y la Explosión de la Crisis
Bajo la gestión de Quico Catalán, el club apostó fuertemente por el ascenso, incluso arriesgando más de lo que podía permitirse. La derrota en la final del playoff contra el Alavés desató una crisis institucional. La deuda, que había estado oculta, comenzó a aflorar, consumiendo al club desde adentro.
La salida de Catalán y la llegada de José Danvila, inicialmente ajeno a la magnitud del problema, marcaron el inicio de una nueva etapa, pero la tormenta financiera ya se había desatado.
¿Qué le espera al Levante UD en el futuro?
- Reestructuración financiera para sanear las deudas.
- Reconstrucción del equipo para volver a la Primera División.
- Recuperación de la confianza de la afición.