Elecciones Municipales Anticipadas: ¿Estrategia del PSUV para el Control Territorial?
El Consejo Nacional Electoral (CNE) sorprendió al adelantar las elecciones municipales para el 27 de julio, una decisión que ha generado diversas reacciones y análisis en el ámbito político venezolano. Originalmente programadas para finales de 2025, estos comicios no solo implican un recorte del período de las autoridades electas en 2021, sino que también se desarrollan en un contexto marcado por la persistente desconfianza en el sistema electoral y la abstención observada en procesos recientes.
Según el politólogo Piero Trepiccione, esta convocatoria “precipitada” forma parte de una estrategia del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) para capitalizar las divisiones dentro de la oposición y el desánimo electoral. El objetivo sería ganar tiempo frente a cuestionamientos de legitimidad, fortalecer su control territorial y consolidar su posición política.
¿Cuál es la estrategia del PSUV?
Trepiccione señala que la “estrategia” del PSUV se basa en varios pilares fundamentales:
- Ganar tiempo: Mitigar las críticas y dudas sobre la legitimidad del sistema electoral.
- Aprovechar la organización: Sacar ventaja de la estructura y movilización del partido.
- Generar sorpresa: Desconcertar a la oposición con elecciones anticipadas.
- Capitalizar la fragmentación opositora: Explotar las divisiones internas y la falta de unidad en la oposición.
- Fortalecer el control territorial: Asegurar la mayor cantidad posible de alcaldías y concejos municipales.
El panorama de las alcaldías
En las elecciones municipales de 2021, la oposición logró obtener 123 alcaldías, gracias a la participación de diversas organizaciones políticas como la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Fuerza Vecinal, la Alianza Democrática y otros partidos. Sin embargo, la situación actual es diferente, con figuras como el alcalde de Maracaibo, Rafael Ramírez, apresado, lo que plantea interrogantes sobre el futuro de la oposición en el ámbito local.
El adelanto de las elecciones municipales y la estrategia del PSUV plantean un desafío para la oposición venezolana, que deberá superar sus divisiones y movilizar a un electorado desconfiado para lograr resultados favorables en los próximos comicios.