La reciente eliminación de Racing a manos de Flamengo en la Copa Libertadores ha encendido las alarmas en el fútbol argentino. La supremacía brasileña en el continente se ha hecho evidente, marcando una preocupante tendencia que se extiende desde 2018, año en que River Plate alzó el trofeo por última vez para Argentina.
Hegemonía Brasileña: Un Análisis Profundo
Desde 2020, la balanza se ha inclinado drásticamente hacia Brasil. De los últimos 21 enfrentamientos directos en Libertadores, los equipos argentinos han sufrido 18 derrotas. Esta estadística no solo refleja una diferencia deportiva, sino también una disparidad económica y estructural que favorece a los clubes brasileños.
Equipos como River, Boca, San Lorenzo, Racing, Defensa y Justicia y Estudiantes han sucumbido ante la superioridad brasileña en los últimos años. Victorias aisladas, como las de Estudiantes, Boca y Vélez, no logran contrarrestar la marcada hegemonía.
¿Por Qué Brasil Domina?
Filipe Luís, entrenador de Flamengo, lo resume así: "Hoy en Brasil hay clubes con un poder económico muy grande, al nivel de Europa". Esta fortaleza financiera permite a los clubes brasileños retener talentos y reforzarse con jugadores de jerarquía internacional, algo impensable para la mayoría de los equipos argentinos, que luchan contra la inflación, la devaluación y la fuga de jugadores.
Flamengo: El Verdugo Argentino
Flamengo no solo avanzó a la final, sino que también igualó a Cruzeiro como el equipo brasileño con más eliminaciones de equipos argentinos en la Copa Libertadores, sumando un total de 14. En los últimos años, el 'Mengao' se ha convertido en una pesadilla para los clubes argentinos, acumulando cinco eliminaciones en el mismo período.
Sus víctimas más recientes incluyen a Defensa y Justicia, Estudiantes, Vélez y, por supuesto, aquella recordada final de 2019 contra River Plate. Este dominio consolida a Flamengo como uno de los principales contendientes al título y un símbolo del poderío brasileño en el fútbol sudamericano.
¿Hay Esperanza para Argentina?
La situación actual exige una reflexión profunda sobre el futuro del fútbol argentino. La brecha económica con Brasil es innegable, pero la pasión y el talento argentino siguen intactos. Para volver a competir a nivel continental, es necesario un cambio estructural que permita a los clubes argentinos fortalecerse y retener a sus mejores jugadores. El desafío es grande, pero la historia del fútbol argentino demuestra que la resiliencia y la capacidad de superación son parte de su ADN.