Cada 31 de octubre, el mundo se transforma. Calabazas iluminadas, disfraces creativos y la búsqueda de dulces inundan las calles. Halloween, o Noche de Brujas, es una festividad que combina misterio, tradición y, cada vez más, una expansión global.
Orígenes Ancestrales: El Samhain Celta
El origen de Halloween se remonta a más de 2000 años, a los rituales celtas del Samhain. Para los pueblos de Irlanda, Escocia y el norte de Francia, el 31 de octubre marcaba el fin de la cosecha y el comienzo del invierno, una época asociada a la oscuridad y la incertidumbre. El Samhain era una celebración fundamental para ellos.
La Delgada Línea entre Mundos
Durante el Samhain, los celtas creían que la frontera entre el mundo de los vivos y los muertos se volvía más delgada. Los espíritus, según la creencia, regresaban para visitar a sus familias o resolver asuntos pendientes. Para protegerse, encendían hogueras, organizaban banquetes y dejaban ofrendas de alimentos en las puertas, buscando apaciguar a las fuerzas desconocidas.
Expansión Global de la Noche de Brujas
Si bien Halloween se vive con particular intensidad en Estados Unidos, Canadá, Irlanda y el Reino Unido, su popularidad ha crecido exponencialmente en América Latina y Europa. Las celebraciones y costumbres propias de Halloween se han adaptado y fusionado con tradiciones locales, creando una mezcla única de culturas y festividades.
En resumen, Halloween es mucho más que disfraces y dulces. Es una festividad con raíces profundas en la historia y la cultura, que celebra el misterio, la tradición y la conexión entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Una noche para recordar nuestros orígenes y abrazar la magia que nos rodea.