La Unión Obrera Metalúrgica (UOM), liderada por Abel Furlán, ha alcanzado un preacuerdo salarial que busca aliviar la situación económica de sus afiliados. Sin embargo, ¿es suficiente para contrarrestar el implacable avance de la inflación? El acuerdo, que se extenderá hasta marzo de 2026, contempla aumentos porcentuales y sumas fijas no remunerativas, pero las dudas persisten.
Detalles del Acuerdo UOM: ¿Un Salvavidas o un Parche?
El acuerdo establece una serie de pagos escalonados. En octubre de 2025, los trabajadores recibieron $35.000 no remunerativos. Noviembre trajo un incremento del 4,2% remunerativo más $15.000 no remunerativos. Diciembre repitió la suma no remunerativa de $35.000, y enero de 2026 siguió el patrón de noviembre. Febrero aportará $25.000 no remunerativos, y marzo cerrará el acuerdo con $35.000 no remunerativos. En total, las sumas no remunerativas alcanzan los $160.000.
¿Suficiente para Escapar de la Pobreza?
A pesar de estos aumentos, la pregunta clave es si son suficientes para mantener a los trabajadores metalúrgicos por encima de la línea de pobreza. Con básicos de $910.000 y una canasta básica familiar que supera los $1.200.000 según el INDEC, muchos trabajadores del sector aún luchan por cubrir sus necesidades básicas.
- Octubre 2025: $35.000 no remunerativos
- Noviembre 2025: 4,2% remunerativo + $15.000 no remunerativos
- Diciembre 2025: $35.000 no remunerativos
- Enero 2026: 4,2% remunerativo + $15.000 no remunerativos
- Febrero 2026: $25.000 no remunerativos
- Marzo 2026: $35.000 no remunerativos
La situación obliga a muchos a buscar ingresos adicionales a través de horas extras (donde estén disponibles) o incluso pluriempleo, recurriendo a actividades como Uber, albañilería o trabajos informales.
La Homologación Pendiente: Un Obstáculo a Superar
Es crucial que este preacuerdo se formalice en un acta y sea homologado por la Secretaría de Trabajo. La demora en la homologación de acuerdos anteriores ha mantenido a los trabajadores con salarios casi congelados, exacerbando su situación económica.
El acuerdo excluye a la Rama 21, siderúrgica, lo que genera aún más incertidumbre para los trabajadores de ese sector.
En resumen, si bien el acuerdo representa un esfuerzo por parte de la UOM, su impacto real en la calidad de vida de los trabajadores metalúrgicos dependerá de la rapidez con que se implemente y de la capacidad de la economía para controlar la inflación.