Un audaz ataque de las fuerzas ucranianas en la península de Crimea, ocupada por Rusia, ha resultado en la destrucción de un avión de combate MiG-29 y un sistema de radar Irtysh. La operación, llevada a cabo por la unidad especial Prymary (Phantoms) de la Dirección de Inteligencia de Defensa de Ucrania (DIU), representa un golpe significativo a la capacidad de defensa aérea rusa en la región.
Según un comunicado de la DIU, el ataque al caza MiG-29 tuvo lugar el 4 de diciembre de 2025 en el aeródromo militar de Kacha. Los informes de inteligencia indican que la misma noche, la unidad también alcanzó un sistema de radar Irtysh cerca de la ciudad de Simferopol, también bajo ocupación temporal.
"Nuestras unidades especiales continúan degradando sistemáticamente el sistema de defensa aérea de Rusia sobre la Crimea ocupada, destruyendo radares y sistemas de misiles antiaéreos, y ahora también aviones de combate", declaró un portavoz de la DIU. Esta acción se suma a un incidente anterior, el 21 de septiembre de 2025, en el que la misma unidad Prymary destruyó dos aviones anfibios antisubmarinos rusos Be-12 Chaika en Crimea.
La destrucción de estos activos militares rusos subraya la creciente capacidad de Ucrania para proyectar su poder en territorio ocupado y debilita la posición estratégica de Rusia en el Mar Negro. La información sobre los ataques proviene directamente de la Dirección de Inteligencia de Defensa de Ucrania.
Análisis de la Situación
Este ataque coordinado demuestra una planificación y ejecución meticulosas por parte de las fuerzas especiales ucranianas. La destrucción del radar Irtysh, en particular, tiene implicaciones importantes, ya que dificulta la capacidad rusa para detectar y rastrear aeronaves en la región. La pérdida de un MiG-29 también reduce la capacidad de la fuerza aérea rusa para llevar a cabo misiones de patrulla y defensa aérea.
Implicaciones Estratégicas
Estos ataques representan un esfuerzo continuo de Ucrania para desafiar la ocupación rusa de Crimea y socavar la capacidad militar rusa en la península. La destrucción de activos clave como radares y aviones de combate no solo debilita las defensas rusas, sino que también envía un mensaje claro sobre la determinación de Ucrania de recuperar su territorio.