Colombia se prepara para el Simulacro Nacional de Respuesta a Emergencias 2025, un ejercicio vital para fortalecer la capacidad de respuesta de la ciudadanía ante diversas amenazas. Este simulacro, coordinado por la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), se llevará a cabo el miércoles 22 de octubre a las 9:00 a.m. en todo el territorio nacional.
Objetivo del Simulacro
El principal objetivo de este simulacro es mejorar la preparación y respuesta ante posibles emergencias, tanto de origen natural como antrópico. Esto incluye sismos, inundaciones repentinas, deslizamientos de tierra, incendios forestales y otras situaciones de riesgo que puedan afectar a la población. Se busca que cada ciudadano y cada institución conozcan los protocolos de actuación y cuenten con los recursos necesarios para afrontar una contingencia de manera efectiva.
Participación a Nivel Nacional
Se espera la participación activa de entidades públicas y privadas, empresas, instituciones educativas, organismos de socorro y la comunidad en general. Cada participante deberá ejecutar los pasos previstos en sus protocolos de emergencia, como evacuar ordenadamente, seguir las rutas de escape y dirigirse a los puntos de encuentro previamente establecidos. Este ejercicio permitirá identificar fortalezas y debilidades en los planes de emergencia, para así realizar los ajustes necesarios y mejorar la capacidad de respuesta a nivel local y nacional.
En ciudades como Bucaramanga y Tocancipá, las autoridades locales han hecho un llamado especial a la ciudadanía para que se involucre activamente en el simulacro. Se busca que el mayor número de sectores, tanto públicos como privados, puedan participar y comprender el protocolo de actuación. La participación de cada sector es esencial para consolidar una comunidad más resiliente, organizada y preparada ante posibles desastres naturales.
El simulacro comenzará con la activación de una señal de alarma simbólica a nivel nacional, que marcará el inicio de la evacuación. Es fundamental que cada persona conozca los puntos de encuentro y las rutas de evacuación de su lugar de residencia, trabajo o estudio. La práctica constante de estos ejercicios contribuye a crear una cultura de prevención y autoprotección, que puede salvar vidas en caso de una emergencia real.