Colombia se moviliza en la Marcha del Silencio: Paz y solidaridad

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En un clamor por la paz y la vida, más de 20 ciudades de Colombia se unieron el domingo 15 de junio de 2025 en la denominada Marcha del Silencio. La manifestación, caracterizada por la ausencia de banderas partidistas, surgió como respuesta a la creciente ola de violencia en el país y, particularmente, al atentado sufrido por el precandidato presidencial y senador Miguel Uribe Turbay.

Políticos y ciudadanos unidos por la paz

Diversas figuras políticas, colectividades y agremiaciones confirmaron su participación en la marcha, evidenciando un frente común en contra de la violencia y a favor de la convivencia pacífica. A través de una carta abierta, personalidades como la representante a la Cámara Katherine Miranda, Juan Manuel Galán del Nuevo Liberalismo, los representantes Juan Sebastián Gómez González y Alejandro García Ríos, la congresista Julia Miranda Londoño, el precandidato presidencial Juan Daniel Oviedo, y el exsenador Humberto de la Calle, expresaron su compromiso con la iniciativa.

"Este domingo 15 de junio a las 9:00 a.m., desde el Parque Nacional en Bogotá, marcharemos en silencio. Lo haremos con el corazón en la mano, con respeto profundo por nuestra democracia, por la salud y la vida de Miguel Uribe, y por la vida de todos y todas", afirmaba la misiva, reflejando el sentir de muchos colombianos.

Un mensaje de esperanza y unidad

La Marcha del Silencio buscó transmitir un mensaje de esperanza y unidad en medio de un panorama político y social complejo. Los participantes marcharon para rechazar la inseguridad, rendir homenaje a Miguel Uribe, y clamar por un país donde la violencia no sea la vía para resolver las diferencias.

Oraciones y clamor por la justicia

Paralelamente a la marcha, muchos ciudadanos elevaron oraciones por la salud de Miguel Uribe, por las familias de las víctimas de la violencia, y por la justicia en un país marcado por la historia del conflicto. Se elevó un clamor colectivo contra la injusticia, con la convicción de que la unión y la fe pueden transformar la realidad.

La Marcha del Silencio se convirtió en un símbolo de la resiliencia y el deseo de paz que palpita en el corazón de la mayoría de los colombianos, quienes aspiran a un futuro libre de violencia y lleno de oportunidades.

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