El cometa interestelar 3I/ATLAS, descubierto en julio de este año, continúa sorprendiendo a la comunidad científica. A medida que se acerca a su perihelio (el punto más cercano al Sol), las observaciones desde la Tierra y el espacio revelan un comportamiento que se aleja de los modelos tradicionales de cometas.
Anomalías Inesperadas en 3I/ATLAS
Entre las características inusuales detectadas en 3I/ATLAS, destacan:
- Un chorro de gas que se dirige hacia el Sol, desafiando la dirección habitual.
- Una composición rica en níquel, pero con una sorprendente ausencia de hierro.
- Emisión de agua a temperaturas más bajas de lo esperado.
- Una actividad de polvo inusualmente lenta.
Estas peculiaridades han llevado a los astrónomos a cuestionar si 3I/ATLAS se comporta como un cometa típico. A diferencia de otros objetos interestelares como 1I/‘Oumuamua y 2I/Borisov, su comportamiento es aún más desconcertante.
¿Una Nave Espacial Disfrazada? La IA Opina
La naturaleza inusual de los objetos interestelares ha alimentado la especulación sobre si podrían ser algo más que rocas espaciales. Algunos incluso se han preguntado si podrían ser sondas de civilizaciones extraterrestres. Para explorar esta posibilidad, se recurrió a la inteligencia artificial (IA).
Modelos de IA como Deepseek, Google Gemini y ChatGPT analizaron los datos recopilados por observatorios de todo el mundo. La conclusión, aunque decepcionante para algunos, fue unánime: 3I/Atlas es un cometa, no una nave espacial.
Deepseek argumentó que el comportamiento de 3I/Atlas, incluyendo su aumento de brillo, composición química y fragmentación, se explica perfectamente por la física de los cometas. Google Gemini añadió que la actividad cometaria confirmada por telescopios como el Hubble respalda esta clasificación.
A pesar de las explicaciones de la IA, el debate sobre la verdadera naturaleza de los objetos interestelares continúa. El estudio de 3I/ATLAS sigue siendo crucial para comprender mejor estos misteriosos visitantes de otros sistemas solares.